Ya sabéis que a veces me gusta hacer publicaciones un poco más intensitas, con ilustraciones algo más simbólicas.

Y es que el otro día estuve pensando en cuando estás en blanco, o más bien, estás fundido con el fondo, pero en tu cabeza, sigue habiendo diabetes. No puedes pensar en nada, porque en ese momento ella lo ocupa todo. No tiene porque ser porque estés haciendo cálculos, a veces puede ser por una hiper que te deja la cabeza atolondrada y no puedes concentrarte, otras por una hipo, o varias en un día, que te dejan lánguido, fundidito, y ya no sabes bien ni lo que dices.
Miras arriba y la diabetes no se detiene, sigue tirándote agujas, lancetas y tiras a la cara, porque ella no perdona por nada.

Y mientras, tienes que seguir como si nada, sonriendo, asintiendo, trabajando, escuchando, abrazando, jugando... en definitiva, haciendo como si no pasara nada, porque no pasa nada en realidad... O al menos nada que puedas explicar.

Y no se muy bien que quiero decir ni expresar, seguramente, podría hacer una tira que represente esto de lo que hablo mucho mejor, y escribir lo que intento de mejor manera, ¿pero sabéis que? Estoy como en blanco, como fundido con el fondo, como si no tuviera piel ni mente por un rato, y por una vez no me apetece disimular. Así que lo que quede, aquí quedó, las próximas publicaciones, serán mejor.

O no...

¡Gracias por leerme!