Esta vez me ha quedado un poco largo, pero es que quería profundizar un poco. Como cuento en las viñetas estuve muy tranquilo al principio, pero hubo un momento en que todo cambio, y aunque aún no había visto a la educadora, sentía que tenía que salir del hospital para poder estar tranquilo, dormir, descansar y así recuperarme. Tenía además que empezar a moverme, porque dar paseos por la planta era bastante limitado.

Ya he hablado otras veces de los sanitarios y todo mi agradecimiento a ellos, pero por lo que fuera, esta enfermera no tenía una buena mañana o no era muy hábil con la aguja, no pasa nada, no todos somos buenos en todo, pero la verdad es que me hizo de detonante final. Al llegar a casa sentí sensaciones extrañas, como que no era mi casa, parecía diferente (había habido además un cambio muy drástico de temperatura mientras estaba ingresado, era un día de terral en Málaga) pero aun así, sentí tranquilidad y pude empezar a dormir mejor y recuperarme.

Es extraño recordar estas historias, porque siguen bastante frescas, aunque supongo que ya mi mente empieza a adornar las cosas…

Espero que os gusten también estas tiras más de contar historietas!